El invierno es una época perfecta para incubar, gestar, procesar, los cambios que queremos realizar, el Sol, no tiene fuerza, en su incidencia sobre la tierra, se entiende, y en nuestra latitud, por supuesto.
Esto de manera simbólica significa que falta calor, y el calor es necesario para la vida, un calor relativo, por supuesto, a 60 grados tampoco podríamos vivir.
Pero el caso, es que la astrología se ocupa de esto, de los ciclos. Avisa sobre los ciclos que se inician, algunos son de ritmo fijo, y previsible, como el del Sol, o el de la Tierra alrededor del Sol, mejor dicho.
Esto hace que, de manera general, el invierno sea el momento de prepararnos para cuando el 20 de marzo el Sol entre en Aries, este año, y se exalte, de modo que tenga una fuerza extra para que renazcamos, presentemos novedades y llevemos a la práctica todos los cambios que hemos gestado durante el invierno.
Consuelo a 28 de enero de 2017