He titulado a este post la educación pero también podría llamarse la formación, porque me refiero a lo que enseñamos como imprescindible a los niños en esa sucesión de años que llamamos …primaria, secundaria, bachiller.
¿Sabes? En el instituto me apunté a ciencias en cuanto pude, la filosofía me parecia un rollo infumable así como el latín, sin embargo no me hubieran hecho falta las ciencias en mi vida, con saber algo de matemáticas hubiera sido suficiente. Y ahora es el momento en que leo filosofía, me cuesta un mundo, pero para ser astróloga es imprescindible leer a los clásicos: Plotino, Platón, Macrobio. Así que por iniciativa propia leo filosofía, por puro placer de aprender.
Claro que si no fuera astróloga no sería necesario o no me apetecería leer a estos autores, si fuera mi trabajo ser coach, supongo que leería a psicologos reputados. Y si mi pasión fuera el deporte probablemente leería tratados de medicina o nutrición.
En definitiva, veo en carne propia que no es necesario forzar a los niños a aprender, sino que aprenderán aquello que necesiten y cuando lo necesiten, sin embargo si resulta imprescindible protegerles de la apatía y la desidia que provocan las obligaciones y los «porque sí».
El mundo que viene es muy diferente del que hemos vivido hasta ahora, los que son ahora niños necesitarán conservar toda su creatividad para salir adelante porque es una de las pocas cosas que nos diferencian de las máquinas.
Consuelo a 22 de diciembre de 2016